Nauseabunda Humanidad

Tranquila un día iba en una de mis queridas micros amarillas, relajada por su particular movimiento que me recordaba a la montaña rusa, disfrutaba del incansable paisaje de Santiago, en una interrupción del viaje se subió un misterioso hombre, que por esas casualidades de la vida se sentó en la corrida de asientos del frente, ya sentado el hombre por inercia lo miré, y cuando lo hice pude ver que saco de su pantalón una parte de su humanidad, estupefacta volví la cabeza a mi ventana. Solo tragué mis nauseas y esperé mi paradero.




Danae de la Jara, 17 años, Los Andes.


este texto lo mande para el concurso "santiago en 100 palabras" ...Suena un poco traumante...pero es una historia veridica, la cual me sucedio en santiago...a donde mas!.